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No me llames

Primer... ¡Ni se os ocurra!

Primer... ¡Ni se os ocurra! Domingo por la tarde, 38 grados, el día más caluroso de la semana en Madrid; también primer domingo de mes y, por lo tanto, día de comercios abiertos. Cuando salgo a las dos en dirección a casa de Teresa y Tino, hago una parada en el Champion donde me toca hacer cola para pagar una botella de Marqués de Cáceres.

Cojo el metro en Goya, línea 4, y me bajo en Avda. de La Paz. T me está esperando. No conozco el barrio, que se extiende al margen de la M30, pero no me disgusta. La casa es grande y tiene los techos bajos. Comemos Fideuà y Apple Strudel con helado de vainilla (una combinación valenciano-alemana que refleja el origen de la pareja). Nos bebemos el vino. Termina de achisparnos el calor y la voz de Antonio Lobato retrasmitiendo incansable la Formula 1.

Tarde de domingo. Tino decide no hacer nada y se tumba en el sofá; nosotras elegimos una película que empieza a las 17.35 en los Renoir Pza. de España: "Primer" (os enlazo a la excelente crítica de Tònia Pallejà), merecedora del Gran Premio del Jurado en último festival de Sundance. Gran error.

Escrita, dirigida, montada, producida, "fotografiada", "musicada" y protagonizada por un tal Shane Carruth, ex matemático y ex cuerdo, se presenta al público en los avances y el texto que facilita el cine a los espectadores con la siguiente premisa: "¿Qué es lo que querrías si pudieses tener cualquier cosa?"... ¡¡¡PRIMERA TROLA!!! La peli no va de lámparas de Aladino, sino de máquinas del tiempo; en concreto, una que se inventan dos informáticos metidos a inventores de garaje, muy parecida a un tetrabrik gigante.

Superada la reflexión más que manida sobre la posibilidad de cambiar el futuro alterando el pasado o la existencia simultánea de distintos planos temporales, "Primer" no aporta nada. Aturulla al espectador y carece de explicación lógica alguna... si acaso, nos deja una moraleja: si te inventas una máquina del tiempo, mejor no la utilices mucho no sea cosa que la pifies.

En fin... junto con "Abre los ojos", ese libro abierto de la cinematografía, lo peor que he visto en muchos muchos años. Aunque hay otra opción: que yo sea tonta. En ese caso, cualquier explicación será muy de agradecer. Espero ansiosa.

1 comentario

Surimono -

Yo tampoco la entendi (no se donde estan los acentos en un teclado japones). Pero lo achaco a mi inteligencia no a que sea mala. En fin, sigue con la historia de Pequeno Friki que es diver.