Diez cosas pendientes
1. La compra en el Champion.
2. Enviar un sms a todos los que se vayan a ver afectados colateralmente por mi gripe.
3. Poner una lavadora de ropa.
4. Terminar El beso de la mujer araña de una vez.
5. Poner una lavadora de sábanas.
6. Limpiar el baño.
7. Acabar el dichoso reportaje de Literatura japonesa.
8. Tratar de animarse.
9. Barrer y fregar el suelo.
10. Dejar de escuchar música que incite a la autocompasión.
Mi casa me espera mientras yo deambulo por ahí, saliendo con unos y con otros, con la sensación de haber perdido algo, pero la sola lectura de la lista me entristece. De manera que, cuando entro por la puerta, cansada de colocar libros y "atender al cliente", las únicas fuerzas que me quedan son para tirarme en la butaca y mirar al techo, a ver qué me dice. Desgraciadamente los techos no hablan. Lo que yo necesito es un oráculo que me garantice un futuro de éxito y sexo... sin embargo en casa no tengo ninguno y estoy demasiado cansada para irme a Delfos a buscarlo.
Ayer B me mandó un mensaje para contarme que mi ex compañero Ñ ha descubierto el blog y lo ha incluido en la lista de enlaces de su revista literaria. Al principio me alegré; luego empecé a pensar que en poco tiempo el resto de mis colegas de trabajo leerán estos post de intenciones dudosas... Pequeño friki me descubrirá... Hoy quería escribir sobre Reponeitor y las monjas. A Reponeitor le falta un diente. Antes escribir eso no implicaba ningún riesgo; ahora si Reponeitor entra en la página tal vez se tome a mal mi descripción.
Me temo que voy a empezar a herir sensibilidades a destajo. No queda más remedio.
***
¿Un voto miserable?
2. Enviar un sms a todos los que se vayan a ver afectados colateralmente por mi gripe.
3. Poner una lavadora de ropa.
4. Terminar El beso de la mujer araña de una vez.
5. Poner una lavadora de sábanas.
6. Limpiar el baño.
7. Acabar el dichoso reportaje de Literatura japonesa.
8. Tratar de animarse.
9. Barrer y fregar el suelo.
10. Dejar de escuchar música que incite a la autocompasión.
Mi casa me espera mientras yo deambulo por ahí, saliendo con unos y con otros, con la sensación de haber perdido algo, pero la sola lectura de la lista me entristece. De manera que, cuando entro por la puerta, cansada de colocar libros y "atender al cliente", las únicas fuerzas que me quedan son para tirarme en la butaca y mirar al techo, a ver qué me dice. Desgraciadamente los techos no hablan. Lo que yo necesito es un oráculo que me garantice un futuro de éxito y sexo... sin embargo en casa no tengo ninguno y estoy demasiado cansada para irme a Delfos a buscarlo.
Ayer B me mandó un mensaje para contarme que mi ex compañero Ñ ha descubierto el blog y lo ha incluido en la lista de enlaces de su revista literaria. Al principio me alegré; luego empecé a pensar que en poco tiempo el resto de mis colegas de trabajo leerán estos post de intenciones dudosas... Pequeño friki me descubrirá... Hoy quería escribir sobre Reponeitor y las monjas. A Reponeitor le falta un diente. Antes escribir eso no implicaba ningún riesgo; ahora si Reponeitor entra en la página tal vez se tome a mal mi descripción.
Me temo que voy a empezar a herir sensibilidades a destajo. No queda más remedio.
***
¿Un voto miserable?
3 comentarios
V -
Eli -
Y la cucaracha dijo: "Vale".
Y se fue.
No preocuparse: en un piso de 46 metros cuadrados e instalado 18 trampas anticucaracha.
Ana Mari -
Nota: No deberias dejar sobrevivir a ninguna cucaracha más, por muy pequeña que sea, piensa que luego crece y se reproduce, y aunque lo politicamente correcto sería decir que yo amo a todas las criaturas de Dios, sinceramente, a las cucarachas no las amo en absoluto porque son feas y asquerosas y... puag!! si veo una por tu casa me muero.