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No me llames

Sobre la importancia y el peligro de mirarse el ombligo

Es curioso pensar en todos esos seres humanos que viven una vida entera sin hacer el menor comentario, la menor objeción, la menor observación. No porque esos comentarios, objeciones u observaciones vayan a tener un destinatario o un sentido cualquiera; pero a fin de cuentas me parece preferible hacerlos.

Eso escribe Houllebecq al final de "Plataforma" (Anagrama), final que me reservo por si acaso aún no la habéis leído. Creo que tiene razón. Desde que empecé a publicar en este blog, a menudo le doy vueltas al porqué de la necesidad de contar cosas, de hablar sobre lo que hacemos, lo que pensamos o lo que nos pasa. A veces me parece que me miro demasiado el ombligo, y pierdo el tiempo ya no sumergida en mi mismidad (¿Existe esa palabra?), sino dedicándome a relatarla aquí minuciosamente, tomando como exusa mis inquietudes culturales y mi pasión por la ciudad en la que vivo, Madrid.

Dar hace un par de días con el citado párrafo de Houllebecq me sirvió de consuelo, aunque conozco un contrapunto perfecto para semejante estímulo a la autoobservación, un cuento de Cortázar incluido en "Final de juego" (Punto de lectura); se llama "Axolotl": "Los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma." , explica el protagonista del relato, quien los descubre en una visita casual a un acuario y se obsesiona con ellos. Incapaz de hacer frente a la fascinación que le provocan los axolotl, empieza a visitarlos a diario, a pasar horas delante del cristal a través del cual los observa y siente que le observan ellos... hasta que de pronto es incapaz de distinguir el lado del cristal en el que se encuentra y descubre con terror que se ha convertido en un Axolotl.

Relacionar "Plataforma" con "Axolotl" no es difícil. Houllebecq llama Michel a su personaje, le da su nombre... podríamos pensar que se trata de él mismo, que el escritor se basa en su experiencia y, por lo tanto, el observador es a la vez el objeto observado... encuentro algo de peligroso en eso, aunque soy consciente de que forma parte del juego literario y con frecuencia del "Universo blog". Pensaré en ello... meditaré.

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