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No me llames

Charada

Charada Técnicamente ya es lunes y, sí, escribo desde mi "minivivienda" y no desde la oficina porque soy un As y después de 48 horas de tacos, desesperación y ojos como tomates, he aniquilado (al menos temporalmente) al gusano, virus, troyano o lo que quiera que sea el bicho que parasita en mi portátil. Son cerca de las doce y media de la madrugada y en la tele están anunciando nuevos capítulos de CSI Las Vegas por enésima vez... llevan semanas anunciándolos...

El PNV ha vencido, pero ha perdido escaños con respecto a la legislatura anterior; el PSOE los ha ganado y el Partido Comunista de las Tierras Vascas ha conseguido nueve, nada más y nada menos. Intento concentrarme en la cuestión para alcanzar alguna conclusión de provecho, pero la proximidad del Cónclave me perturba y se cruza por mi pensamiento reclamando mi dispersísimo interés... TODOS podemos ser Papas... todos menos, al parecer, el pobre Madariaga, que ha hecho unas inoportunas declaraciones cuando tácitamente ya se había impuesto el silencio entre los cardenales. Pobrecillo, qué desilusión.

Y entre tanta cuestión de peso, esta tarde, en Tele Madrid han puesto "Charada" un par de horas antes de que Germán Yanke, ese ser del que ya hablaremos, hiciera su aparición para informar de la última hora en el País Vasco. Por fin la he visto entera, ¡y he descubierto cómo acaba!. La película de Stanley Donen, con Cary Grant, Audrey Hepburn (pareja con poca química) y Walter Matthau, no es demasiado buena, pero tiene esa pátina extraña que sólo cubre a las pelis americanas popularmente denominadas "de antes".

Así he pasado la tarde del domingo: en la butaca a cuadros, acurrucada y tapada con el batín azul, que me compró mi madre cuando estaba en 4º de EGB y, como diría ella, todavía "me hace papel" ahora que acabo de cumplir los 27 años. Que nadie se lleve a engaño, no soy una persona sucia, sin embargo por una extraña cuestión de "principios", desde que el batín se convirtió en mi responsabilidad, dejé de lavarlo y lo convertí en una especie de "manta" cargada de significados propios de telefilm... lo quiero más... ¿Se nota que estoy nerviosa por la inconexión de mis refelxiones? Puede ser, no digo que no... pero es que HE PASADO EL PROCESO DE SELECCIÓN y a partir del martes me incorporó a un trabajo nuevo.

Adios a E.

Estoy leyendo "La mujer justa".

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