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No me llames

Actualidad

Leo

Leo Ha sido niña y se llama Leonor. Nació mientras llovía.

Me entero porque mi madre me despierta con dos sms. En el primero escribe: "Ha sido niña"; en el segundo -atacando mi indiferencia-: "Se llama Leonor".

En fin... Leo está en el mundo. Yo sigo en él, leyendo a la vez Falconer y Tokio blues, con la ropa secándose dentro de casa, ocupando todas las sillas porque tender al aire libre es un desafío a la tormenta.

Dentro de unos años, e incluso dentro de unos días, saltará a las conversaciones la pregunta. "¿Qué estabas haciendo cuando nació Leo?"; y todos desharemos caminos en la memoria para recordar que fue un domingo gris, en el que atrasamos la hora y en la tele programaron dos episodios repetidos de Aida.

Por razones surreales, como siempre, ayer por la tarde T y yo vimos imágenes del planeta aún sin Leo, tomadas por satélite: una esfera chata, en órbita dentro de la más inescrutable oscuridad. Me pregunto cómo habrá llegado Leo hasta nosotros, más allá de la cesárea a Doña Letizia, por supuesto.

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¿Voto regio?

Padres y ETA

Vuelvo a escribir impulsada por un ánimo renovado: ¡¡Redios!!, ¡¡Un comentario!! Gracias Excess, no sé si algun día te podré compensar con algo que produzca en ti un efecto equiparable a esta hilaridad un tanto absurda y sin duda infantil que me invade... que lo sepas.

En fin... retomemos el hilo de la realidad: Mañana vienen mis padres, como muy explícitamente insinua el título de este post. La perspectiva de ir con ellos a la Fería, salir a comer, cenar, etc., me resulta agradable, pero sé que me va a dejar sin tiempo para pasarme por aquí. Volveré el domingo. En este paréntesis de ausencia, voy a dar rienda suelta a mi vena de consumidora voraz: pienso pecar en la Feria, pecar en todos los lugares donde mi padre se muestre proclive a ayudarme a hacerlo (el gasto, digo) y pecar en la Fnac, donde tengo ya reservados, desde hace más de tres días, tres títulos: "El telón", de Kundera; "Fiasco, de Lem; y "La mujer de la arena", de Kobo Abe. Habrá que leerlos...

Cambiando de tema, ha sido mi madre la que me ha despertado de la siesta para preguntarme si estaba bien. Siempre cree que, cuando hay una descracia o conato de desgracia en Madrid, yo estaba pasando por el epicentro de la catástrofe en el momento mismo en que se produjera. Curiosa la forma de discurrir de las madres... la mala noticia de hoy la protagoniza una furgoneta cargada de explosivos en el barrio de Simancas. Ha sido ETA.