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No me llames

Aquí no paga nadie

Aquí no paga nadie Sábado, ocho de la tarde. Después de pasar meses enganchada a "Hospital Central" por obra y gracia de Vilches, por fin le veo actuar en directo gracias a la generosidad de S, que me sorprende con entradas para "Aquí no paga nadie", hasta el 29 de mayo en cartel.

El teatro Infanta Isabel (C/ Barquillo, 24) no se llena. En el escenario, interpretando un texto del Nobel Darío Fo, que no me cae bien, comparten cartel con Jordi Rebellón Silvia Marsó y Ángel Pardo (el enfermero de "Hospital"); ella mediocre; Pardo salva la obra.

No nos aburrimos. Vale la pena ver el montaje porque tiene una escenografía excepcional. Cuando salimos, en el corazón de Chueca, ese lugar, buscamos un restaurante y acabamos en Momo(C/ Augusto Figueroa, 41), un local con cristalitos de colores en la entrada , donde en apenas 15 minutos nos dan una mesa y cenamos fenomenal, de menú, por 14 euros cada una. Invito a S a cenar.

Al día siguiente trabajo, así que me retiro pronto, sólo una copa en La Galería; allí encontramos al dueño pendiente de los últimos segundos del partido del Madrid, que pierde la liga mientras la camarera nos prepara un beefeater con limón natural y Fanta. Le cuento a S que el viernes atendí a Mauri-Luis Merlo en la librería. Estuvimos hablando de relatos y se llevó varios títulos; tantos que recurrió a las cestas de plástico tipo Champion, que ponemos a disposición de los clientes, para poder cargarlos hasta la caja. Me cayó bien.

Hoy Eloy Azorín se acercó al punto de información para preguntarme por la última obra de Sándor Márai. Delgadísimo, llevaba bastón y una levita negra; el pelo rubio peinado de punta y una general y acentuada palidez. Parecía salido de un texto de Wilde o del propio Màrai. Le guié hasta "La mujer justa" y sólo cuando se marchó caí en la cuenta de que acaba de publicarse "Confesiones de un burgués". Tal vez vuelva.

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